Impresiones 3D en Argentina
El desarrollo tecnológico de la última etapa del siglo veinte ha conseguido dejar casi en ridículo algunas de las más osadas profesías de la ciencia ficción. Hoy hablar por skype, facetime o whatsapp es tan simple que hace 65 años nadie podía siquiera pensarlo en un futuro tan cercano.
Hace 65 años Remington-Rand diseñó la primera impresora de “alta velocidad” utilizada en una oficina para uso de escritorio, que producía 600 líneas de texto por minuto. Hoy, accedemos a tecnología mucho más accesible y compacta que nos resuelve de manera casi instantánea cualquier tipo de impresión en papel u otro soporte.
La tecnología ha avanzado de tal forma que las impresiones dejaron ya de ser una simple marca en el papel. La aparición de la impresora 3D ha logrado en estos últimos años desarrollar una solución impensada que poco a poco va ganando terreno en distintos campos. La industria automotríz, la medicina, la metalurgica y tantas otras ven soluciones rápidas, seguras y a bajo costo, algo que ubica a esta incipiente industria revolucionando los paradigmas de muchos negocios.
En nuestro país la impresión 3D no es sólo una realidad sino que también tiene una mirada que va desde lo social hacia lo industrial, y en este rol escencial del crecimiento son destacadas las participaciones de las entidades educativas, que promocionan y albergan a varios de los emprededoras que trabajan para hacer cada vez más fácil el acceso a este nuevo sistema de impresión.
Una prótesis para el reemplazo de la tráquea cervical. Una mano ortopédica. La reproducción de órganos para prácticas médicas. Son algunos de los ejemplos de lo que actuamente se está desarrollando en el país, donde ya existen grupos interhospitalarios e interuniversitarios que comparten experiencias y avances en este sentido.
Impresiones 3D en Argentina
Así por ejemplo, Luis Sandoval, estudiante de Ingeniería Industrial de la Universidad de San Martín, desarrolló un brazo mioeléctrico para amputados. Afirmó que su objetivo es crear una prótesis de bajo costo para pacientes que no puedan acceder a los modelos disponibles en el mercado. El brazalete reconoce cinco movimientos musculares: puño cerrado y abierto, y desplazamientos hacia la izquierda, la derecha y hacia abajo. Con estas combinaciones se puede programar la electrónica para que realice diferentes
La industria de la música también mira con recelo a la impresión 3D. La fabricación digital fue más allá de los objetos impresos en esta tecnología para permitir realizar prototipos. Hoy, la impresión tridimensional constituye un mercado de 3 mil millones de dólares, según un informe de Xerox.
El laboratorio del Centro Metropolitano de Diseño (CMD Lab) presentó una guitarra que utilizará un 45% menos de madera que un modelo tradicional. La impresión 3D del instrumento se hace con filamentos de PLA, material de origen termoplástico que se obtiene a partir de la caña de azúcar y es biodegradable que la transforma en una “pieza de innovación sustentable pionera en América latina” según indicaron fuentes del Ministerio de Ciencia y Tecnología.
