El martes 30 de abril de 2024, en la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires (FCEN-UBA) se presentó FutureHub, un programa innovador liderado por el Lic. Marcos Buccellato, director de Circular Innova. El evento tuvo lugar en la Subsecretaría de Vinculación y Transferencia Tecnológica (OVTT), representada por la Dra. Juliana Gamboa y Carlota Vermal Azcona y reunió a profesionales e investigadores de diversas áreas y temáticas de investigación de dicha Facultad. Entre los asistentes también se encontraban la Dra. María Soledad Córdoba y el Lic. Joaquín Gómez Trevijano de Emic+ Consultora, especialistas en vinculación público-privado, quienes se encuentran trabajando codo a codo en el desarrollo del programa FutureHub junto a Circular Innova.
FutureHub es una incubadora de proyectos científico-tecnológicos dentro de Circular, dedicada a tender puentes entre la academia y el sector productivo. El objetivo general del área de incubación, aclaró Marcos Buccellato, es identificar ideas y capacidades de proyectos científicos que sean innovadores y tengan potencial en el mundo productivo y por otro lado, reconocer necesidades y problemáticas del sector productivo para resolver desde el sector científico. Esta iniciativa responde a la necesidad de conectar estos dos mundos, a menudo atravesados por dificultades en la comunicación o por obstáculos burocráticos. En concreto, se trabaja en estrecha colaboración con investigadores para evaluar la aplicabilidad de sus proyectos y generar sinergias con empresas que se encuentren en la búsqueda de soluciones para problemáticas específicas, facilitando así la convergencia en redes de trabajo y colaboración, con la aspiración de que culminen en innovaciones. Sin embargo, desde la visión de FutureHub los investigadores no deben necesariamente convertirse en empresarios, la visión del programa es que los científicos sigan focalizados en su investigación, mientras el equipo de especialistas en vinculación facilitan la presentación y eventual comercialización de sus proyectos. La incubadora apunta a generar un impacto positivo significativo, demostrando que la ciencia y la industria pueden trabajar de manera conjunta para el desarrollo tecnológico y social.
Del lado de la UBA, la diversidad disciplinaria de los proyectos fue notable, desde el desarrollo de instrumentos musicales digitales que utilizan simulación avanzada con placas de video, hasta biología especializada en toxicología acuática y la robótica para misiones espaciales en la luna.
En el primer caso, los investigadores ya cuentan con un primer prototipo funcional de guitarra, que, a diferencia de los sintetizadores o samplers tradicionales, se basa en modelado físico detallado. Este sistema permite que las cuerdas respondan dinámicamente, ofreciendo a los músicos la posibilidad de modificar los parámetros del instrumento para imitar diversos sonidos. Esta tecnología no solo es prometedora para los músicos profesionales, sino también para la educación musical de los niños, manteniendo la sensación táctil de las cuerdas sin perder la flexibilidad del formato digital. El desarrollo de este innovador instrumento es el resultado de la colaboración entre ingenieros de sonido, electrónicos y programadores.
En el campo de la biología especializada en toxicología acuática, investigadores presentaron avances significativos en tecnologías para la acuicultura, destacando el desarrollo de sensores diseñados para monitorear y analizar la productividad en cultivos acuáticos, permitiendo la recopilación de datos sobre los parámetros metabólicos de los animales y su adaptación a cambios ambientales.
Desde el Laboratorio de Geología Planetaria, se compartieron proyectos innovadores en el ámbito de la robótica lunar, marcando un nuevo hito en el estudio de la geología planetaria y la exploración espacial. Actualmente, las expediciones robóticas a la luna se han convertido en una realidad tangible, con la participación en colaboraciones internacionales centradas en la ingeniería de asteroides y el desarrollo de instrumentos específicos para misiones lunares. Entre los descubrimientos más intrigantes se encuentran las cuevas lunares cuyo interior aún es desconocido. Para explorar estas cuevas se proyecta desarrollar un tipo de robot artrópodo con patas, una solución más versátil que los tradicionales robots con ruedas. Su enfoque interdisciplinario combina la geología aplicada con expertos en mecánica, física e informática para llevar adelante estos ambiciosos proyectos.
El último proyecto del área de robótica incluyó una serie de desarrollos que demuestran la versatilidad de la robótica en diversos sectores. Estos incluyen desde drones especializados en mapeo de bosques hasta robots diseñados para el traslado automatizado de mercaderías, ambos ejemplos claros de cómo la robótica puede mejorar la eficiencia y seguridad en actividades cotidianas. Los prototipos de robots móviles desarrollados son capaces de realizar navegación autónoma, mapeo y localización, integrando avanzados desarrollos en inteligencia artificial para adaptarse a entornos dinámicos. Además, el departamento ha desarrollado un sistema de mapeo para bosques, utilizando drones de ala fija que recogen imágenes detalladas para modelados tridimensionales, permitiendo el estudio de especies nativas y foráneas y facilitando la gestión de áreas inaccesibles. Estos sistemas no solo tienen aplicaciones en la conservación natural, sino también en la agricultura y el estudio de la fauna, mostrando el amplio potencial de la robótica en diferentes entornos.
La reunión destacó no solo la importancia de la colaboración interdisciplinaria, sino que consolidó la visión de FutureHub como un catalizador para la innovación aplicada. El intercambio de ideas y la presentación de proyectos evidenciaron el potencial del área de incubación y prepararon el terreno para futuras colaboraciones con la expectativa de transformar los proyectos existentes pero también de generar nuevos a partir de su incorporación en las redes de trabajo FutureHub en Circular Innova.