Los grandes empleadores, corporaciones, head hunters y especialistas de recursos humanos están cada vez más pendientes de buscar profesionales que, además de su expertise laboral, hayan sabido desarrollar sus habilidades blandas en paralelo con sus estudios. Entonces nos preguntamos: ¿qué son estas habilidades blandas y qué deberíamos hacer para adquirirlas y ponerlas en práctica?
Es sabido que la acumulación de conocimeinto muchas veces es práctica habitual de los profesionales que deciden el camino de la capacitación contínua como metodología de crecimiento personal y profesional. Hablamos de formación superior, aun cuando ya se haya obtienido un título de grado. La oferta de programas de máster, MBA, doctorados y cursos suplementarios está muy estimulada y, sin embargo, muchas veces se deja de lado un detalle no menor en lo que respecta al mercado laboral actual.
Hay una tendencia que indica que las grandes empresas están dejando de darle tanta importancia al número de diplomas con los que viene un candidato para pasar a enfocarse, ya con una mirada más moderna, en el desarrollo integral del candidato, incluyendo también su destreza en el campo de las habilidades blandas o transversales.
A diferencia de las habilidades duras, que se identifican con todo el conocimiento académico que obtenemos durante el proceso formal de nuestra educación, las habilidades blandas tienen que ver con la puesta en práctica integrada de aptitudes, rasgos de personalidad, conocimientos y valores adquiridos.
Entre las más buscadas figuran, por ejemplo, las habilidades comunicativas y de relacionamiento, la creatividad, la capacidad de trabajar bien dentro de un equipo o de encarar los problemas con miradas más abarcadoras.
No será lo mismo un candidato que además, por ejemplo, de ser un ingeniero agrónomo ostenta determinadas habilidades que adquirió en materia de negociación, comunicación o uso de tecnología. Más allá del perfil de base, una persona preparada con otras herramientas, estará mejor capacitada para enfrentarse a los desafíos que plantean las organizaciones en el futuro.
El ámbito académico ha ido tomando cada vez más consciencia de la importancia de formar a los estudiantes para que desarrollen las habilidades transversales para dejar de ser sólo esponjas que absorben conocimiento científico.
No son pocas las Universidades que han decidido comenzar a desestructurar los planes de estudio para actualizarse y empezar a achicar la brecha que durante los últimos años se ensanchó, respecto de la formación que ostenta y las necesides de las empresas que están en la búsqueda de profesionales más completos.
Las facultades de ingeniaría parecen haber entendido más temprano que otras esta necesidad. Tal vez motivada por su tradicional estructura de formación, que había transformado a los ingenieros en profesionales que pensaban “dentro de la caja”. Así por ejemplo una Facultad de Ingeniería en Chile, ha comenzado a combinar en la carrera algunos cursos como finanzas, economías y marketing, con una serie de cursos como lectura crítica, argumentación, liderazgo y expresión. Todo esto con el fin de fomentar el pensamiento crítico y formar profesionales íntegros en todos los planos.
En Argentina, este proceso está evidenciando una necesidad de incursionar en aspectos distintivos del ámbito académico y no son pocas las casas de altos estudios que han decidido darle diferentes miradas a un mismo problema, para potenciar al candidato y transformarlo en un recurso más completo.
TIEMPO DE APRENDER
Una investigación de la Universidad de Harvard indica que el 85% del éxito en el desempeño de un profesional se debe al buen desarrollo de sus habilidades blandas y personales.
Ocuparse de aprender cosas nuevas y de manera constante nos pone en un sitio de preferencia laboral más que interesante. Desde la aplicación de estrategias para la gestión de proyectos, hasta la incorporación de habilidades para descifrar los mensajes de la comunicación no verbal, toda actividad que estimule las habilidades blandas nos darán una ventaja comparativa en el tan competitivo ámbito laboral.
Emprender un camino que nos permita ejercitar estas habilidades dependerá mucho de cuán dispuestos estemos a trabajar para mejorar. Un buen comienzo sería poder poner en práctica un análisis inicial de nuestras capacidades y evaluarnos respecto de esas habilidades que serán más valoradas por nuestro empleador, y así encontrar los espacios necesarios y los contenidos que van a sumar a nuestra hoja de vida la experiencia necesaria para completarnos profesionalmente y estar más en carrera que nunca.
